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El te verde es un producto antioxidante, por su aporte en polifenoles, tengo que acotar que es increíble la gran cantidad de vitaminas A, C y E y algunas del complejo B que la hoja de esta planta deja en nosotros. 

Las xantinas, sustancias en las que destacan la cafeína, la teofilina y la teobromina, que estimulan el sistema nervioso central están presentes en esta planta. Ellas nos ayudan no solo a combatir la fatiga, sino que a la vez también ejercen un efecto de relajación de la musculatura lisa. Es un excelente broncodilatador, y a nivel venoso, produce vasoconstricción de la circulación cerebral, efecto beneficioso en casos de migraña.

Como es una bebida no azucarada, (salvo que le agregues azúcar vos mismo!) carece de calorías y no contiene proteínas, grasas ni carbohidratos. Su riqueza dietaria viene del aporte de vitaminas y oligoelementos como manganeso (1,5 mg por taza), flúor, cinc y cobre, que aporta en pequeñas cantidades, puesto que una taza se prepara con solo 2 g de hojas secas. 

A diferencia de las demás variedades de te, el Te Verde se prepara con las hojas mas frescas del arbusto o con los brotes nuevos que no se han oxidado todavía y no se han fermentado. El color verde pálido de la infusión es lo que dá el nombre a la variedad. Las hojas se recogen frescas y después de someterse al secado, se prensan, enrollan, trituran y finalmente se deshidratan. El té verde supone entre una cuarta y una quinta parte del total de té producido mundialmente. Los principales países productores de té verde son China, Japón y Vietnam.

Lee esta publicación sobre el te verde si quieres saber más.

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